martes, 12 de julio de 2011

Diario de Grupo

Antecedentes. Fundamentación. Objetivos .Características generales.



La intención de esta ponencia es comentar de qué manera, con qué objetivos y resultados hemos implementado los cuadernos paralelos en un trabajo de investigación sobre “Enseñanza de Redacción a Distancia”. A partir de este instrumento pudimos extraer conclusiones para mejorar la implementación de los criterios de selección de materiales, la creación de ambientes de aprendizaje, los modelos pedagógicos, las tutorías presenciales. Pero, antes de llegar a esa instancia es necesario explicar qué entendemos por cuaderno paralelo y en qué marco lo utilizamos.



Con respecto al estudio de las estrategias de comprensión destacamos la relevancia de los estados metacognitivos que implican las estrategias de autocontrol que utiliza el lector para procesar la información. En el orden general, podemos definir a la metacognición como la habilidad para el control y el manejo de los mecanismos de cognición.



Los cuadernos paralelos son buenos elementos con los cuales podemos recorrer un camino que lleve a alcanzar los primeros objetivos generales de todo taller de redacción, en modalidad presencial o a distancia:

 •Que los alumnos se lancen a escribir.

•Que adquieran el hábito de desarrollar su pensamiento a través del espacio escrito.



  ¿Qué es, entonces, un cuaderno paralelo?



Un cuaderno paralelo es un escrito que se construye paralelamente a la realización de otras actividades como, por ejemplo, estudiar, leer, redactar, escribir, investigar. Más precisamente, un escrito que surge por la movilización que despiertan en cada uno de nosotros otras actividades realizadas.



Es un texto que puede implicar reflexión sobre lo leído, sobre lo escrito, sobre lo pensado, sobre lo aprendido o lo enseñado, sobre el qué y sobre el cómo, sobre el para qué y el por qué. También, puede suponer, simplemente, necesidad de realizar un acto creativo despertado, movilizado, por una actividad previa. Esas intencionalidades del texto, sin embargo, deben surgir en alguien: ¿quién es el emisor de ese mensaje? ¿quién pronuncia ese discurso? ¿quién construye el sentido del cuaderno paralelo?, en fin, ¿quién lo escribe?. Un alumno puede escribir un cuaderno paralelo. Un docente puede escribir un cuaderno paralelo. Un investigador puede escribir un cuaderno paralelo. Paralelo a sus reflexiones, paralelo a las vivencias, experiencias y emociones que alguna actividad le ha producido.



Es un instrumento que cada uno de los implicados en el proceso de enseñanza aprendizaje puede usar como recurso de metacognición de manera tal que irá volcando en él las reflexiones, alternativas y novedades sobre sus procesos de pensamiento. Podrá, entonces, comparar, vincular, redactar, bosquejar, dibujar, evaluar, elaborar hipótesis, chequear el rumbo, usando todo tipo de texto que surja en su pensamiento a partir de un texto leído u otra actividad realizada.



Estos escritos, además, son excelentes materiales para constituirse en el corpus a interpretar en una investigación. Es decir, sirven a los fines personales de control y creatividad para cada uno de los implicados en los procesos de enseñanza aprendizaje pero son además muy útiles para ser observados por la mirada de los investigadores que podrán estudiar en ellos diferentes cuestiones relacionadas con los procesos educativos. En cualquiera de los casos, ese ejercicio escrito, seguramente, servirá de excelente medio para encontrar una ruta con menos baches que lleve hacia la comprensión de un texto propuesto y de cualquier otro que se presente en el futuro.

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